Toda mi vida he sido adicto a los videojuegos, desde muy pequeño. No me importaba meterme en problemas o dejar de lado obligaciones con tal de obtener esos famosos "cinco minutos más". De adulto he ganado una apreciación más profunda aún por estos juguetes inmateriales.
Hay juegos que te marcan, como los Ninja Gaiden de NES que ya he mencionado antes, o que tal los Contra, o los Street Fighter (siempre fui muy malo en estos).
Silent Hill es uno de esos juegos, tan bien realizado y detallado que sorprende. Aún hoy, viendo sus horribles gráficos de PSX no deja de provocar miedos. Las secuelas son buenas, pero el original es para mí un juego de culto.
Ayer, basado en las buenas experiencias con el juego, me animé a ver la película. Tardó demasiado en llegar a Salamanca, hace como tres semanas que la ví en cartelera en León. Eso solo logró incrementar las ganas de verla, porque claro, no la iba a ver en pirata (solo que tuviera un proyector lo haría).
Pues bien, discrepando con el post de
vagancianet, debo decir que la película apesta. Oh sí, a pesar de ser fan de SH no puedo verle lo bueno al filme. Siguen spoilers, por supuesto.
La razón por la que se tiene que llevar a la niña a Silent Hill es muy tonta, ya ahí se empezó mal. Las escenas con monstruos parecen de película serie B, en especial cerca del final donde salen las enfermeras del hospital de Alessa. Tuve que aguantarme las ganas de reir, sus movimientos en lugar de resultar tétricos eran muy cómicos. No entiendo por qué cambiaron a las enfermeras infestadas del juego, esas que tenían un bicho saliéndoles de la espalda y movimientos escasos pero fugaces, por un grupo de bailarinas que parecía un conjunto de títeres.
Otra cosa mala es que hicieron demasiado obvia la diferencia entre el mundo real y el mundo creado por Alessa. No dieron lugar a especulaciones de ningún tipo. Ya solo les faltaba filmar las escenas de mundo real en tinte amarillo y las del otro en azul, al estilo Traffic.
Una señal especialmente importante cuando estás viendo una película, según mi experiencia, es el sentir ganas de que se acabe. Si llegas siquiera a pensar en eso a media función, es signo inequívoco de que algo anda muy, muy mal. Y vaya que lo pensé, hubo partes donde de plano me quería salir.
Como conclusión, Terror en Silent Hill es una adaptación regular de un videojuego, y por sus propios méritos nunca alcanzará un lugar de honor dentro del cine de horror.